Aunque el comensal ya haya pedido su orden.
Una exhortación al público para que adopte una nueva actitud y evite ingresar a los restaurantes que no presentan condiciones higiénicas aceptables, formuló hoy el gerente de Fiscalización de la Municipalidad de Lima Metropolitana, Álvaro Anicama.
Sostuvo que es importante que los propios consumidores sancionen a esos establecimientos, evitando ingresar a ellos o abandonándolos si descubren que están en condiciones sanitarias inapropiadas, tanto en las mesas, baños, en cocina y hasta en el menaje.
“Los servicios higiénicos pueden ser un referente de las condiciones de un restaurante, porque si un baño está sucio y tiene mal aspecto, lo mas probable es que la cocina esté igual, porque lo primero es generalmente el reflejo de lo segundo”, comentó el funcionario.
Detalló que, si el comensal observa que en el lugar hay, por ejemplo, una cucaracha pequeña u otro insecto, lo mejor es que exprese su protesta y se retire, aunque ya haya pedido su orden o se encuentre comiendo.
Afirmó que la presencia de uno solo de esos insectos significa que en el lugar hay un foco infeccioso.
“Lamentablemente, mucha gente entra a estos establecimientos por los precios que son muy bajos, sin que le importe las condiciones de higiene. Y, por su parte, al que vende solo le importa el negocio”, subrayó.
Anicama hizo estas afirmaciones a propósito de un reciente informe televisivo en el que se mostraban las paupérrimas condiciones de higiene de algunos chifas de Lima, entre ellos, algunos situados en la calle Capón y otros en el jirón Montevideo.
Sobre el particular, opinó que, como la preparación de la cocina china incluye una gran variedad de insumos, como carnes, verduras y frutas; se hace más difícil la conservación de los alimentos porque no todos se pueden guardar de la misma manera.
“Si a eso le sumamos que los dueños de estos negocios solo tiene un afán lucrativo, entonces se presentan estos problemas”, manifestó.
En diálogo con la agencia Andina, agregó que, por lo general, los ciudadanos chinos que llegan a Lima para abrir sus chifas piden apoyo económico a su colonia y comienzan a trabajar sin capacitarse en normas sanitarias y con el problema adicional de desconocer el idioma.
Anicama indicó que, de octubre último a la fecha, se intervino a unos 500 establecimientos que expenden comida en al capital, de los cuales, 60 son chifas.
“De esos 60 chifas, 20 han sido sancionados con el cierre definitivo, como el caso de aquellos en donde se encontró roedores en el jirón Montevideo”, informó.
En los otros, dijo, se han aplicado sanciones menores porque su personal no usa la indumentaria adecuada, o por no contar con el carné de sanidad